El Ayuntamiento de Madrid tiene a bien gastarse parte del dinero público en una campaña contra la prostitución dirigida a quienes usan sus servicios. Se recalca que el dinero de los clientes fomenta la explotación y la trata de blancas. La campaña oculta que la principal causa de la prostitución no consentida es la intervención pública, concretamente la prohibición de la inmigración y de las drogas.Una joven rusa o brasileña, con ganas de trabajar y capacidad de sacrificio podría ganarse la vida fácilmente en España, dentro de la economía formal. Desgraciadamente la política de inmigración que ahora gestiona el gobierno de Zapatero lo hace casi imposible. Aunque existan empresarios dispuestos a contratar y extrajeras que quieran trabajar, el sistema de cupos vigente supone una barrera insalvable. En estas circunstancias el proxeneta sustituye al cónsul y se convierte en el único capaz de abrir las fronteras españolas. El chulo también sustituye al empresario legal, que tiene prohibido contratar a inmigrantes sin papeles. La política migratoria de ZP y los sindicatos colaboracionistas promueven la explotación sexual.Muchas de las prostitutas tienen algo en común, su adicción a las drogas ilegales. En sí mismas estas sustancias no tienen un coste de producción muy alto, pero la prohibición lo multiplica. Además de producirlas hay que burlar y sobornar a las autoridades, y explotar el oligopolio de la distribución. Por culpa de la prohibición el proxeneta sustituye al farmacéutico como suministrador de drogas.Podemos cambiar el lema de la campaña y dirigirla a nuestros políticos : “Por tú prohíbes existe explotación sexual”
Extraído de Juventudes Liberales
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