Eguiguren es un hombre parco en declaraciones públicas. Pero tras las elecciones del pasado día nueve de marzo ha concedido sendas entrevistas a sus dos periodistas más cecanos: a Alberto Surio para el Diario Vasco y a Luís R. Aizpeolea para El País. El primero de ellos, todo el mundo lo sabe, es a Eguiguren lo que el segundo es a zapatero: su periodista de cabecera. Ambos saben han estado más al tanto de la negociación con ETA (dejémonos de eufemismos) que muchos dirigentes políticos, incluídos muchos de los dirigentes del propio PSOE.
En la última entrevista, publicada ayer en El País, incluso se puede ver a un Jesús Eguuiguren posando ante el Gugenheim de Bilbao, imagen --el posado-- insólita en un hombre como el Presidente del PSE. Se le ve cómodo y relajado. Y seguro de que todo lo que hicieron con ETA estuvo bien. Es su seguridad lo que le pierde; pues Eguiguren empieza por reconocer alguna de las cosas que siempre desmientieron: el compromiso firme de constituir una mesa de partidos (al margen del Parlamento) para hablar de política; una Mesa de Partidos en la que incluían a un "partido" que fporma parte de la organización terrorista ETA:
P. ¿Dice que hubo más procedimiento que contenido?
R. Sólo hubo procedimiento y se acordó antes de la tregua. Los contenidos se dejaron para la mesa de partidos y para el diálogo entre Gobierno y ETA. No llegó a haber, como tal, una reunión de contenido entre Gobierno y ETA tras la tregua.
Es la la seguridad en sí mismo ( y en que los ciudadanos avalaron el nueve de marzo su política en esta materia) lo que le hace ir más lejos:
En las conversaciones previas se habló de un temario, pero Gobierno y ETA, tras la tregua, no dedicaron ninguna reunión a abordarlo. Puede decirse que el proceso no empezó.
P. ¿Qué temario era?
R. Lo que ETA llamaba consecuencias del conflicto y nosotros la parte técnica del proceso. Se trataba de hablar de presos, del desarme, siguiendo el modelo irlandés. Y establecer las bases de la reconciliación para el futuro. Nada de eso se llegó a abordar.
Otra vez el lenguaje: "consecuencias del conflicto" , "parte técnica del proceso" y "reconciliación". Como si la responsabilidad estuviera repartida por igual; como si hubiéramos de reconciliarnos con unos hermanos con los que habíamos reñido y ambos tuviéramos "nuestras razones" para hacer lo que veníamos haciendo: o sea, unos intentar que no nos maten y otros hacer lo posible por arrebatarnos la libertad y la vida... O sea, reconciliémonos hermanos...
Y sigue el Presidente del PSE:
P. ¿Y entonces qué se abordó en las reuniones del Gobierno y ETA tras la tregua?
R. Fueron para aclarar por qué no empezaba el proceso y pedir explicaciones por los incumplimientos. ETA se quejaba de que había detenciones. Y el Gobierno se quejaba a ETA porque seguía extorsionando a empresarios. Fueron reuniones de reproche.
Ya lo ven: reuniones de reproche, dice el dirigente socialista. O sea, al mismo nivel la prevención de atentados (eso es detener terroristas) que la movilización de recursos para intentarlos( eso es la extorsión). Un ejemplomás de cómo la "reconciliación" requiere para los dirigentes socialistas que "ambos" asumamos nuestra culpa: las víctimas y los victimarios. Y, por cierto, ¿no decía Rubalcaba por entonces que no estaba "verificado" que las cartas de extorsión procedieran de ETA?
Luego viene cuando se "descubre" que el Presidente mintió a sabiendas cuando hizo su discurso antes del atentado de la T4: no tenía datos que le permitieran afirmar que todo iba bien y que iba a ir mucho mejor. Según Eguiguren tenía datos de lo contrario:
P. Sin embargo, ustedes tuvieron esperanzas hasta el atentado de la T-4, a finales de 2006.
R. Que la cosa no iba bien, lo vimos a la vuelta del verano. Pero como tampoco hubo un ultimátum de ETA, mantuvimos la esperanza de reconducir el proceso, hasta el atentado de la T-4.
P. ¿En la reunión de diciembre con ETA no percibieron el riesgo de un atentado?
R. Se ha hablado mucho de esa reunión, pero no aportó nada a lo sucedido. Constató que el proceso no funcionaba, pero tampoco sacamos la conclusión de que ETA lo iba a romper.
Y luego está el reconocimiento expreso de que en Loyola se consituyó la mesa de partidos, desmientiendo la primera aseveración de que "los contenidos se dejaron para la mesa...", como si nunca se hubiera llegado a hablar de política con ETA. Lo que menos importa es que no se llegara a acuerdos políticos: la traición misma a la democracia fue constituir una mesa con presencia en ella de los terroristas, al mismo nivel que los partidos democráticos, para hablar del futuro institucional de Euskadi y, por ende, de España.
P. ¿Por qué abrieron conversaciones políticas con Batasuna y el PNV tras el verano de 2006?
R. Porque el proceso estaba empantanado. Teníamos dos alternativas: esperar, con la casi seguridad de que se rompía, o hacer algo para que arrancara. Entonces decidimos iniciar conversaciones políticas con Batasuna e incorporar al PNV. Fue una decisión polémica. Pero mostrábamos al mundo abertzale que el proceso iba en serio, que si ETA dejaba las armas, los partidos decidirían el futuro vasco. Por eso, nos sentamos en Loyola y elaboramos un documento que es público y que al final Batasuna no aceptó.
Todos supimos que la Mesa existió y que no hubo acuerdos porque el PNV se fue de ella por discrepancias con ETA; discrepancias que el PSE-PSOE no tuvo. Curioso resulta que Josu Jon Imaz tuviera menos tragaderas que Eguiguren... Y lamentable resulta constatar que Eguiguren defienda que el futuro vasco lo puedan decidir los partidos que allí estan sentados...Eso es loque ETA llama "la decisión de los vascos". Y el Lehendakari "el derecho a decidir". Y luego nos extraña que ambos sigan adelante...
Y, finalmente (aunque es la primera respuesta de Eguiguren) está la parte en la que descubrimos cómo se abordó la cuestión; cómo y, hasta qué punto, hay una enorme coincidencia estratégica entre los victimarios y las víctimas que se contituyeron en interlocutores. Santiago González lo contaba ayer en su blog:
P. Hubo dos treguas largas de ETA y dos fracasos. ¿Por qué pensó que esta vez iba a salir?
R. A pesar de todas las críticas de improvisación e ingenuidad, tengo que decir que por primera vez se siguieron los procedimientos internacionales de resolución de conflictos [Esta es la cuestión, que en lugar de aplicar los procedimientos adecuados para acabar con una banda terrorista, Eguiguren y los suyos consideraron, al igual que los nacionalistas, que estaban ante un conflicto político entre Euskal Herria y España] que con participación de organizaciones especializadas [Recordemos que la organización internacional, el centro Henri Dunant, fue propuesto por los terroristas]. El proceso utilizó como referencia los pactos que había en Euskadi sobre terrorismo, los de Ajuria Enea, [Es lo que tiene el Alzheimer, que lo que peor se recuerda es a menudo lo que está más próximo en el tiempo. La expresión de Eguiguren y/o la redacción de la misma pueden llevar a la conclusión de que los pactos que había en Euskadi “sobre” terrorismo eran los de Ajuria Enea. Había otro más reciente y más rotundo. No era ‘sobre’, sino ‘contra’: el Acuerdo por las Libertades y contra el Terrorismo, firmado por el Gobierno, el partido que lo sustentaba y el PSOE el 8 de diciembre de 2000. Hagan otros las leyes y déjenle a Eguiguren manipular las preposiciones.] y se hizo con escrupuloso respeto a los procedimientos democráticos. [O sea, a los procedimientos democráticos internacionales para la resolución de conflictos. Euskal Herria y España, dos legitimidades enfrentadas. ¿Cómo no va a ser democrático que la parte contratante de la primera parte reconozca como interlocutor político a la parte contratante de la segunda parte?]
Lo más penoso de todo esto es la constatación de que están orgullosos de lo que nos hicieron. No sólo no hay autocrítica: hay satisfacción. Como ya avanzó Zapatero en una entrevista antes de las elecciones: "no tendría alma ni entrañas si no lo hubiera hecho...". Pobres de los que pensamos de manera diferente. Y pobres de nosotros si le vuelven a escribir una carta...
Extraído del blog de Rosa Díez
En la última entrevista, publicada ayer en El País, incluso se puede ver a un Jesús Eguuiguren posando ante el Gugenheim de Bilbao, imagen --el posado-- insólita en un hombre como el Presidente del PSE. Se le ve cómodo y relajado. Y seguro de que todo lo que hicieron con ETA estuvo bien. Es su seguridad lo que le pierde; pues Eguiguren empieza por reconocer alguna de las cosas que siempre desmientieron: el compromiso firme de constituir una mesa de partidos (al margen del Parlamento) para hablar de política; una Mesa de Partidos en la que incluían a un "partido" que fporma parte de la organización terrorista ETA:
P. ¿Dice que hubo más procedimiento que contenido?
R. Sólo hubo procedimiento y se acordó antes de la tregua. Los contenidos se dejaron para la mesa de partidos y para el diálogo entre Gobierno y ETA. No llegó a haber, como tal, una reunión de contenido entre Gobierno y ETA tras la tregua.
Es la la seguridad en sí mismo ( y en que los ciudadanos avalaron el nueve de marzo su política en esta materia) lo que le hace ir más lejos:
En las conversaciones previas se habló de un temario, pero Gobierno y ETA, tras la tregua, no dedicaron ninguna reunión a abordarlo. Puede decirse que el proceso no empezó.
P. ¿Qué temario era?
R. Lo que ETA llamaba consecuencias del conflicto y nosotros la parte técnica del proceso. Se trataba de hablar de presos, del desarme, siguiendo el modelo irlandés. Y establecer las bases de la reconciliación para el futuro. Nada de eso se llegó a abordar.
Otra vez el lenguaje: "consecuencias del conflicto" , "parte técnica del proceso" y "reconciliación". Como si la responsabilidad estuviera repartida por igual; como si hubiéramos de reconciliarnos con unos hermanos con los que habíamos reñido y ambos tuviéramos "nuestras razones" para hacer lo que veníamos haciendo: o sea, unos intentar que no nos maten y otros hacer lo posible por arrebatarnos la libertad y la vida... O sea, reconciliémonos hermanos...
Y sigue el Presidente del PSE:
P. ¿Y entonces qué se abordó en las reuniones del Gobierno y ETA tras la tregua?
R. Fueron para aclarar por qué no empezaba el proceso y pedir explicaciones por los incumplimientos. ETA se quejaba de que había detenciones. Y el Gobierno se quejaba a ETA porque seguía extorsionando a empresarios. Fueron reuniones de reproche.
Ya lo ven: reuniones de reproche, dice el dirigente socialista. O sea, al mismo nivel la prevención de atentados (eso es detener terroristas) que la movilización de recursos para intentarlos( eso es la extorsión). Un ejemplomás de cómo la "reconciliación" requiere para los dirigentes socialistas que "ambos" asumamos nuestra culpa: las víctimas y los victimarios. Y, por cierto, ¿no decía Rubalcaba por entonces que no estaba "verificado" que las cartas de extorsión procedieran de ETA?
Luego viene cuando se "descubre" que el Presidente mintió a sabiendas cuando hizo su discurso antes del atentado de la T4: no tenía datos que le permitieran afirmar que todo iba bien y que iba a ir mucho mejor. Según Eguiguren tenía datos de lo contrario:
P. Sin embargo, ustedes tuvieron esperanzas hasta el atentado de la T-4, a finales de 2006.
R. Que la cosa no iba bien, lo vimos a la vuelta del verano. Pero como tampoco hubo un ultimátum de ETA, mantuvimos la esperanza de reconducir el proceso, hasta el atentado de la T-4.
P. ¿En la reunión de diciembre con ETA no percibieron el riesgo de un atentado?
R. Se ha hablado mucho de esa reunión, pero no aportó nada a lo sucedido. Constató que el proceso no funcionaba, pero tampoco sacamos la conclusión de que ETA lo iba a romper.
Y luego está el reconocimiento expreso de que en Loyola se consituyó la mesa de partidos, desmientiendo la primera aseveración de que "los contenidos se dejaron para la mesa...", como si nunca se hubiera llegado a hablar de política con ETA. Lo que menos importa es que no se llegara a acuerdos políticos: la traición misma a la democracia fue constituir una mesa con presencia en ella de los terroristas, al mismo nivel que los partidos democráticos, para hablar del futuro institucional de Euskadi y, por ende, de España.
P. ¿Por qué abrieron conversaciones políticas con Batasuna y el PNV tras el verano de 2006?
R. Porque el proceso estaba empantanado. Teníamos dos alternativas: esperar, con la casi seguridad de que se rompía, o hacer algo para que arrancara. Entonces decidimos iniciar conversaciones políticas con Batasuna e incorporar al PNV. Fue una decisión polémica. Pero mostrábamos al mundo abertzale que el proceso iba en serio, que si ETA dejaba las armas, los partidos decidirían el futuro vasco. Por eso, nos sentamos en Loyola y elaboramos un documento que es público y que al final Batasuna no aceptó.
Todos supimos que la Mesa existió y que no hubo acuerdos porque el PNV se fue de ella por discrepancias con ETA; discrepancias que el PSE-PSOE no tuvo. Curioso resulta que Josu Jon Imaz tuviera menos tragaderas que Eguiguren... Y lamentable resulta constatar que Eguiguren defienda que el futuro vasco lo puedan decidir los partidos que allí estan sentados...Eso es loque ETA llama "la decisión de los vascos". Y el Lehendakari "el derecho a decidir". Y luego nos extraña que ambos sigan adelante...
Y, finalmente (aunque es la primera respuesta de Eguiguren) está la parte en la que descubrimos cómo se abordó la cuestión; cómo y, hasta qué punto, hay una enorme coincidencia estratégica entre los victimarios y las víctimas que se contituyeron en interlocutores. Santiago González lo contaba ayer en su blog:
P. Hubo dos treguas largas de ETA y dos fracasos. ¿Por qué pensó que esta vez iba a salir?
R. A pesar de todas las críticas de improvisación e ingenuidad, tengo que decir que por primera vez se siguieron los procedimientos internacionales de resolución de conflictos [Esta es la cuestión, que en lugar de aplicar los procedimientos adecuados para acabar con una banda terrorista, Eguiguren y los suyos consideraron, al igual que los nacionalistas, que estaban ante un conflicto político entre Euskal Herria y España] que con participación de organizaciones especializadas [Recordemos que la organización internacional, el centro Henri Dunant, fue propuesto por los terroristas]. El proceso utilizó como referencia los pactos que había en Euskadi sobre terrorismo, los de Ajuria Enea, [Es lo que tiene el Alzheimer, que lo que peor se recuerda es a menudo lo que está más próximo en el tiempo. La expresión de Eguiguren y/o la redacción de la misma pueden llevar a la conclusión de que los pactos que había en Euskadi “sobre” terrorismo eran los de Ajuria Enea. Había otro más reciente y más rotundo. No era ‘sobre’, sino ‘contra’: el Acuerdo por las Libertades y contra el Terrorismo, firmado por el Gobierno, el partido que lo sustentaba y el PSOE el 8 de diciembre de 2000. Hagan otros las leyes y déjenle a Eguiguren manipular las preposiciones.] y se hizo con escrupuloso respeto a los procedimientos democráticos. [O sea, a los procedimientos democráticos internacionales para la resolución de conflictos. Euskal Herria y España, dos legitimidades enfrentadas. ¿Cómo no va a ser democrático que la parte contratante de la primera parte reconozca como interlocutor político a la parte contratante de la segunda parte?]
Lo más penoso de todo esto es la constatación de que están orgullosos de lo que nos hicieron. No sólo no hay autocrítica: hay satisfacción. Como ya avanzó Zapatero en una entrevista antes de las elecciones: "no tendría alma ni entrañas si no lo hubiera hecho...". Pobres de los que pensamos de manera diferente. Y pobres de nosotros si le vuelven a escribir una carta...
Extraído del blog de Rosa Díez
No hay comentarios:
Publicar un comentario