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El catalanismo sin fronteras que promueve el republicano Josep Lluís Carod-Rovira escandaliza a PP y Ciutadans, tanto por los recursos destinados, seis millones de euros, como por el momento de crisis económica en el que se produce. Carod, el conquistador, se dedicó durante el primer semestre de este año a otorgar subvenciones a colegios franceses y casas regionales («casals») repartidos por todo el mundo, así como a dar apoyo económico a deportes minoritarios como el fistball, con supuesta vocación de competición internacional.
De esta forma, Vicepresidencia extiende su red identitaria hasta el último confín de la tierra, como Australia, Guinea Ecuatorial o Suecia, donde las agrupaciones de catalanes afincados en esos países tienen garantizada una ayuda económica, que en algunos casos alcanza los 200.000 euros, por el mero hecho de enarbolar la bandera de la catalanidad en sus nostálgicas reuniones.
Gracias al olfato de Carod para detectar patriotismo más allá de las fronteras catalanas, otras entidades situadas en el exterior pueden beneficiarse de esas subvenciones. Además de la Asociación Amigos de la Bressola, que se llevó hasta 625.800 euros por promocionar la lengua catalana en escuelas públicas en el sur de Francia, otros centros educativos son favorecidos económicamente, como el Espai Català Topalekua, en el País Vasco, o la Federación Escola Valenciana.
Los Presupuestos de la Generalitat para 2009 incluyen una partida de 2,2 millones para oficinas y misiones exteriores, un 65% más que en 2008
Pero el año próximo habrá más «picas en Flandes». O al menos, más recursos económicos para hacerlo. Según denunció ayer el presidente del grupo parlamentario del PP, Daniel Sirera, los Presupuestos de la Generalitat para 2009 incluyen una partida de 2,2 millones de euros destinados a delegaciones, oficinas y misiones exteriores. Esta cifra supone un aumento del 63% respecto a 2008, año en el que la cifra dedicada a este apartado ascendió a 1,3 millones de euros. Un incremento destacable si se compara con el que han experimentado los departamentos de Salud o de Educación.
Falta de sensibilidad
Sirera calificó de «impresentable» esta partida presupuestaria. «Creo que los catalanes no merecen tener un Govern que da prioridad a promocionarse en el exterior, a subvencionar entidades que no están en Cataluña, y que no contribuyen a la mejora de la calidad económica de nuestro país», dijo Sirera, quien criticó la «falta de sensibilidad» de Montilla por este «despilfarro» en época de crisis. Recordó, asimismo, el aumento del sueldo de los miembros del Gobierno catalán, basado en un supuesto convenio que, según el PP, no existe.
Por parte de Ciutadans, Albert Rivera dijo que la Consejería de Vicepresidencia es el «agujero negro» de la Generalitat, pues su titular «no sólo no se aprieta el cinturón, sino que actúa como si la casa fuera grande».
Paralelamente, este Departamento ha creado un nuevo galardón, los Premios Pompeu Fabra para reconocer a las personas y entidades cívicas que contribuyan al impulso del catalán. Un galardón que no tendrá dotación económica.
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