miércoles, 30 de julio de 2008
La seguridad vial en Cataluña exclusiva para catalanes.
Ciudadanos ha propuesto la utilización de las dos lenguas oficiales en la señalización vial para garantizar los derechos de los conductores.
Video de intervención del diputado Pepe Domingo.
Jugar con las vidas de los ciudadanos. Todo sea por la "construcció nacional". Quizás, si se matan los "inadaptats al país" lo celebren y todo. Lamentable...
viernes, 25 de julio de 2008
Mesa Informativa en Gerona por el "Manifiesto"
Todo y el calor sofocante que hacía a esas horas de la tarde, algunos miembros de la Federación de Gerona pusimos una mesa informativa y recogimos medio centenar de firmas en apoyo al manifiesto en poco más de una hora. Numerosas personas, mostraron su efecto al manifiesto y conocieron de primera mano, que es Ciudadanos.
El próximo miércoles, volvemos a la carga.
El PP y el Manifiesto
Hoy, las instituciones catalanas practican políticas despóticas contra los hablantes en castellano en todos los niveles de la sociedad, estableciendo modelos de control lingüísticos en todos los ámbitos (escuelas, universidad, oficinas de cultura, comercios, toponimia, seguridad vial...). El entramado político, cultural y educacional ejerce una política totalitaria. El nacionalismo catalán, aquel en el que se mira el nuevo PP, busca destruir la cultura catalana expresada en castellano y desestabilizar el equilibrio social de una sociedad perfectamente bilingüe. La inmersión lingüística aplicada por la Generalitat desde la época de CIU, usando la lengua como arma de exclusión, imponiendo por la fuerza una lengua sobre la otra, todo y habiendo dos oficiales y siendo una sociedad bilingüe, me recuerda a las mismas políticas seguidas durante el régimen franquista, cuando se decía que el genocidio cultural estaba en la mente y el corazón de la gente imperialista porque piensa que su lengua es superior a las otras. Hoy, esta idea de imponer la lengua se lleva a término a nuestras ciudades, que en nombre de una de las dos lenguas oficiales de Cataluña se discrimina, se persigue y se censura la otra lengua oficial, la castellana. Se tendría que recordar a los nacionalistas que emplear la terminología inventada de lengua propia, cuando realmente se debe decir lengua materna, prohíbe al individuo de sus derechos lingüísticos, una medida completamente predemocrática y reaccionaria. No se debería olvidar que los derechos son de las personas, no de los territorios, al menos para nosotros.
martes, 22 de julio de 2008
Por los derechos de catalanes, gallegos y vascos
Las cabecitas nacionalistas siempre tienen las bombillas dispuestas para alumbrar un conflicto en los lugares más remotos. En cierto momento, mis deberes institucionales -que no mis intereses profesionales- me llevaron a vender cursos de español en Norteamérica. Y, en aquellas andanzas, me topé con un avispado político quebécois que me reveló el astuto plan, un tanto desencantado, eso sí, al encontrarse con mi asombro como persona, en lugar de mi entusiasmo como español: la diabólica idea consistía en imponer el español como segunda lengua, de manera tal que, siendo el francés, naturellement, la primera, quedaría marginado el inglés -y con él, pensé yo, millones de niños de la desdichada provincia en un subcontinente, y un mundo, de habla inglesa. Porque, en efecto, el problema en Canadá no lo tenía el inglés. El problema lo tenían los niños québecois, a punto de ser sometidos al experimento nacionalista.
Por eso mismo, tienen razón los airados nacionalistas del contra-manifiesto frente al de la defensa de la legua común: el castellano o español, como tal lengua, no necesita defensa. Se defiende sólo mejor que bien. Es un idioma en expansión, hablado en cuatro continentes por unos 450 millones de habitantes, una de las tres lenguas más traducidas, con más páginas editadas y, tras el inglés, el más aprendido como segundo idioma. Ese no es el asunto, pues. Tampoco la cuestión está en el texto constitucional -que es acertado y preciso- como ha sido señalado en estas mismas páginas por el Profesor Solozábal, en un artículo ponderado y meditado. Pero, claro, toda legislación -y esto también lo reconoce nuestro jurista- hay que aplicarla. En otro caso, es papel mojado. Y resulta que, en este caso, lo es. Todos sabemos porqué. Sabemos que hay partidos radicales y políticos profesionales extremistas y autoritarios dedicados a construir naciones a la fuerza y fabricar nacionalistas por imposición. Y pueden hacer lo que hacen -también lo sabemos todos- porque Zapatero los ha convertido en su principal socio constituyente, como fórmula para aislar y expulsar al PP del sistema.
La imposición de una lengua, en lugar de la libertad de elección, es parte del programa político y práctica del quehacer diario del nacionalismo soberanista. Por eso, también sabemos que empieza a ser más fácil escolarizar en castellano a un niño en Bruselas que en Barcelona. Las víctimas de la cruzada nacionalista no son los hispano hablantes de los EE. UU., pongamos por caso, que pronto superaran en número a los de la propia España. A los habitantes de Los Ángeles (Ca), Zacatecas o Puerto Mont, les traen al fresco la patología identitaria ibérica que, en algunos colegios, llega al extremo de reprender a los niños por hablar en español en el recreo. A los de Sevilla o Madrid, la agresión nacionalista les podrá indignar pero la verdad es que afectar, les afecta poco. Ellos no sufren el problema. Si acaso -y puestos a buscar el comentario cínico- les favorece: que Madrid se ha beneficiado del aldeanismo nacionalista que padece Barcelona y otros lugares, a la vista está.
El problema lo tienen los niños catalanes, gallegos y vascos, a quienes se margina de un vehículo de inteligencia universal. Sobre todo, es un problema que afecta a los más modestos porque las gentes con posibles siempre pueden escapar de la discriminación por la puerta de la enseñanza privada: una vez más, la desigualdad está en la raíz de la política nacionalista. El problema, pues, no es el idioma. El problema es el derecho de las personas. ¿Hay algo más normal que, en un país cuya lengua mayoritaria es el castellano, las familias lo elijan -y lo exijan en los centros públicos- como idioma vehicular de la enseñanza de sus hijos? Y el entorpecer, violentar o impedir ese derecho en la práctica, ¿no es acaso una injusticia de la misma naturaleza a la cometida por Franco con aquellos ciudadanos catalanes o vascos que reclamaban la completa normalización de esos idiomas? En la misma línea, ¿puede sostenerse sin avergonzarse el espectáculo de unos funcionarios que dedican su tiempo -y el dinero de los contribuyentes- a imponer a golpe de multa el idioma políticamente correcto en que deben aparecer los rótulos de las empresas privadas? ¿Y qué decir de la imposición del idioma en los informes clínicos de unos pacientes que lo que ansían es curarse, aunque sea en serbo-croata?
Toda esta pócima nacionalista despide un hedor autoritario insoportable y, a la postre, degradará los países y las culturas que alardea querer proteger, en la medida que administra recetas para el subdesarrollo. Hay, en efecto, lugares de nuestro país que hicieron su fortuna y labraron su éxito -que es el de todos- compitiendo por rentas comerciales e industriales pero, desgraciadamente, el virus nacionalista, que lo que persigue es maximizar poder, les está llevando a luchar por rentas fiscales -que es lo opuesto a su tradición e historia. En otro tiempo, Cambó reclamaba la “catalanización” de España. Y lo cierto es que, en poco más de un siglo, casi toda España se ha convertido en esa “Catalunya gran”, tolerante, cosmopolita e industriosa, con que soñara el dirigente de la Lliga. Lo que el gran político catalán nunca pudo suponer es que los nacionalistas se dedicaran ahora a “españolizar” -en el sentido más rancio y franquista del verbo- a Cataluña. Porque la triste realidad es que de vascos industriosos y comerciantes catalanes, los nacionalistas están fabricando políticos y burócratas provincianos, cerrados y ensimismados; en suma -y en palabras estereotipadas- madrileños. Pero madrileños de hace siglos. Por eso acabarán mal.
José Varela Ortega
domingo, 20 de julio de 2008
El PSC, ¿partido nacionalista?
Eso sí, el texto matiza acto seguido que la ‘nación’ la integran ‘todos los ciudadanos y ciudadanas de Cataluña con independencia de su origen y de su lengua materna’, para que los mismos delegados quepan en la primera definición y la gran mayoría de sus votantes.
En la declaración de principios (.doc), el PSC se ha autodefinido como ‘catalanistas’ porque quieren ‘la libertad y el autogobierno de Cataluña para construir una sociedad abierta, avanzada, inclusiva, capaz de unir en un mismo proyecto a personas de procedencia diversa’, lo cual les acerca mucho, mucho, a la definición que desde hace unos años defienden partidos como ERC y CiU, que hablan de una Cataluña libre, como si actualmente la Comunidad no lo fuera.
‘Afirmamos nuestra realidad nacional’, es decir, nuestro ‘compromiso cotidiano con la lengua y la cultura catalanas’, que es todavía ‘plenamente compatible con el respeto a la lengua castellana que forma parte’ de Cataluña, pero no puntualizan si lo es o no.
En la misma declaración, han reiterado que ‘la lucha por el socialismo y por la libertad nacional de Cataluña son objetivos inseparables de nuestro proyecto’ político y han añadido, por si faltaran definiciones las siguientes: ‘demócratas, progresistas, catalanistas, europeístas, ecologistas’, también feministas, ‘gente solidaria’ y ‘de paz’.
Con esta declaración, ha asegurado Miquel Iceta, viceprimer secretario del PSC, el partido se sitúa en la “centralidad y moderación” que ha dejado CiU.
Más catalán
Por otro lado, los delegados han aprobado que las administraciones públicas garanticen que todos los inmigrantes tengan un nivel mínimo de las dos lenguas oficiales de Cataluña, el catalán y el español, aunque no han especificado cómo van a tener ese mismo nivel de conocimiento sí, por ejemplo, en las escuelas todas las asignaturas se explican en una sola lengua oficial, incumpliendo la normativa que especifica que los padres tienen el derecho a escoger la lengua oficial en la que quieren que sus hijos estudien.
Concretamente, el PSC ha proclamado que los poderes públicos ‘promoverán la suficiencia lingüística de los inmigrantes’, pero manteniendo ‘los principales elementos identitarios, culturales y lingüísticos’ de Cataluña, es decir que la lengua catalana seguirá prevaleciendo en el ámbito público y oficial.
miércoles, 16 de julio de 2008
MANIFIESTO CONTRA EL NACIONALISMO
lunes, 14 de julio de 2008
ANÁLISIS del MANIFEST de L’AELC, AELG I EIE
Debéis disculpar algunos defectos de redacción, o incluso ortográficos, aunque los promotores sean escritores. Pensad que han tenido que prepararlo con prisas, pactando los contenidos, en alguna lengua común que dominasen todos, probablemente el inglés, y luego traducirlo a las respectivas lenguas. Aún así, es perfectamente inteligible, aunque los argumentos no puedan ser del todo compartidos por nosotros.
Aquí empieza
MANIFEST DE L’AELC, AELG I EIE
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Davant el discurs pretesament homogeneïtzador i centralista que subjau en el “Manifiesto por la lengua común”, la Federació d’Associacions d’Escriptors GALEUSCA manifesta que: Suponemos que el “pretesament” se les ha colado, de lo contrario se podría interpretar que ellos no creen que sea verdad lo que dicen a continuación, lo de que el Manifiesto es homogeneizador y centralista.
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1. La realitat plurilingüe que conforma i dóna existència a l’estat espanyol (esta premisa es un tanto fuerte, pero seguro que saben por qué lo dicen), lluny de ser entesa com una “asimetria” o deficiència per se, reprodueix de manera transparent una diversitat lingüística i cultural comuna a la majoria d’estats que conformen l’Europa plurilingüe. En resumen: la realidad plurilingüe del estado reproduce una diversidad lingüística común a la mayoria de estados de la Europa plurilingüe. No sabemos si estar de acuerdo o no.
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2. El gallec, l’èuscar i el català no són “invents” d’ara, sinó llengües que van ser normals en els seus territoris i societats respectius durant centenars d’anys. La seva desnormalització, la seva pèrdua d’usos públics, no es van produir de manera “natural”, sinó per invasió de la llengua que fou decretada com oficial de l’estat, sense cap consulta ni acord previs. Efectivamente, las tres lenguas citadas, como todas las lenguas, son inventos, y como tantas otras, de hace mucho tiempo. No se entiende que quieran dejar claro esto. Suponemos que lo de “normales” quiere decir que tenían muchos hablantes, pero vuelven a insistir en la asociación de estas lenguas con unos territorios y sociedades propios. El caso más discutible es el vascuence, históricamente bastante minoritario en “su propio” territorio. Lo de que la “desnormalización” no fue natural es también, al menos, discutible. Las causas de que el castellano esté presente en zonas en las que también se hablan esas otras lenguas no se resumen en lo que han llamado una “invasión”. Por ejemplo, se obvian procesos históricos tan importantes como los movimientos migratorios, o los fenómenos asociados a la constitución de los estados modernos, no sólo el español, como es la centralización política y administrativa o la adopción de una lengua de la administración (la que llamamos oficial). Que llamen invasión al resultado de los movimientos de la gente, en todo caso, ayuda a entender qué mentalidad se esconde tras la citada defensa de la relación entre lengua y territorio.
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3. L’article 3 de la Constitució espanyola garanteix la presència d’aquesta llengua comuna per a tots els habitants de l’estat, mitjançant l’exigència a tots els ciutadans de l’obligació de conèixer el castellà. Tots els ciutadans de Galícia, d’Euskadi i dels Països Catalans assumeixen a la pràctica aquesta exigència, ja que no hi ha cap persona que no tingui una bona competència en castellà, independentment que el tinguin com a primera llengua o com a segona. En canvi, pel que fa al gallec, a l’èuscar i al català, la legislació no preveu l’obligació de ser coneguts en els seus respectius territoris, cosa que estableix una asimetria en els drets lingüístics dels ciutadans que volen exercir el dret, que se’ls reconeix, a usarlos. La exigencia constitucional del conocimiento del español está bastante limitada en la práctica. Por ejemplo, no se traduce en una inmersión lingüística en español de los niños catalanohablantes en España, y en cambió sí existe una inmersión obligatoria de los castellanohablantes en Cataluña. Evidentemente hay una asimetría muy importante, pero no en el sentido que nos marcan estas asociaciones. Y lo de que no hay nadie sin una buena competencia en castellano, pues simplemente no es cierto, y sólo hace falta recordar algunas declaraciones de un miembro del gobierno de la Generalitat, que levantaron ampollas en el mundo nacionalista. Una observación: en la primera versión publicada de este “Manifest”, el día 11 de julio, la última palabra de este párrafo se había escrito “usarlos”, y así ha quedado en multitud de páginas y blogs que lo reprodujeron. La falta ortográfica ha sido corregida, y ya dice “usar-los”, con el guioncito. La traidora falta de tiempo...
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4. El gallec, l’èuscar i el català també són llengües oficials en els seus territoris (Digámoslo bien, ya que las lenguas no poseen territorios. Digamos que estas lenguas son cooficiales en algunas Comunidades Autónomas), que és el mateix que dir que són les llengües pròpies d’aproximadament el 40% de la població de l’estat espanyol (Aquí se debería decir que son lenguas oficiales en territorios donde vive el 40% de la población española, que no es lo mismo que decir que son lengua materna del 40% de la población. Esta confusión se genera al introducir el concepto nacionalista de la lengua “propia” de los territorios, cuando tenemos el concepto, más claro y útil, de lengua materna de las personas). Aquests codis lingüístics diferents del castellà, legítims i en els quals es reconeix el recorregut i l’expressivitat d’un poble i d’una cultura, són instruments de comunicació igualment “democràtica”, eines de relació interpersonal útils i necessàries per a la societat que les sustenta. Por supuesto, los códigos lingüísticos diferentes al castellano son legítimos y punto. Y los códigos justamente existen por su utilidad en la relación interpersonal, como se dice. Pero que un código lingüístico concreto y no otro sea la herramienta “necesaria” para la sociedad que “la sustenta” suena algo raro.
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5. El dret a l’ús públic, en totes les instàncies, de la llengua pròpia està reconegut en totes les legislacions democràtiques del món (bueno, en realidad, lo que se reconoce en general va más allá, es el uso de cualquier lengua, sea materna o no, sea oficial o no, no hay que ser tan restrictivos). En l’àmbit europeu, cal que recordem la Carta Europea de les Llengües Regionals o Minoritàries (aprovada i ratificada per l’estat espanyol) o la Declaració Universal de Drets Lingüístics, aprovada per unanimitat pel Congrés dels Diputats (sí, estaría bien recordarlas, por ejemplo en Cataluña respecto a los castellanohablantes).
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6. La visió anul·ladora que des de l’enriquidora realitat plurilingüe espanyola es transmet des del Manifiesto ens fa pensar en la similitud de tesis de l’etapa franquista; un estat, una llengua (i una nació, una selecció, ¿a qué nos suena?) i, conseqüentment, reforçar els plantejaments diferenciadors entre ciutadans de primera i de segona per raons de llengua (también nos suena). La competència plurilingüe, també per als ciutadans espanyols nascuts en comunitats autònomes amb una única llengua oficial, sempre serà una clau que obri el món, que obri les fronteres del respecte per l’altre des de la interpretació d’una relació d’equitat entre els éssers humans, independentment del seu lloc de naixement, de residència i de llengua pròpia (sí, saber varias lenguas es beneficioso para el individuo, pero, dejémoslo claro, no puede suponer más derechos políticos). A més, el Manifiesto parteix d’una premissa que no es correspon amb la realitat, ja que en cap cas el castellà no corre cap perill en tot el territori de l’estat. Precisamente el Manifiesto deja claro que no parte de esa premisa, ya que se refiere exclusivamente a su utilización institucional y a los derechos de las personas, y no a esos supuestos derechos de las lenguas.
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7. L’aprenentatge de les llengües, a més de la pròpia (Este empeño de no utilizar el término lengua materna tiene un trasfondo plenamente nacionalista, y, de rebote, totalitario: la lengua materna es del individuo, la lengua “propia” lo es, según el nacionalismo, del territorio. Usando el término lengua propia despojan al individuo, en particular al castellanohablante, de sus derechos lingüísticos en “territorios con lengua propia”, algo completamente predemocrático y reaccionario), ha de ser entès sempre en sentit positiu i com a sinònim d’enriquiment de l’individu, ja que l’aprenentatge plurilingüe estimula l’expressivitat i el coneixement de les persones. En el cas de Galícia, Euskadi i els Països Catalans és imprescindible que la població sigui competent en les dues llengües oficials, a fi que cadascú pugui decidir lliurement quina d’elles farà servir en els diferents àmbits i situacions. És a dir, la doble competència és imprescindible per garantir la llibertat lingüística. Falso, la garantía de la libertad lingüística se encuentra en que cada uno pueda usar la lengua que más le convenga en cada momento, y también debería incluir que, por ejemplo, pueda recibir educación e información pública en cualquier lengua oficial.
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8. Per tal de garantir aquesta utilització lliure de les llengües calen mesures sorgides d’una política lingüística adequada. És a dir, per garantir els drets que tenim també els parlants del català, èuscar i gallec es necessiten polítiques lingüístiques que creïn les condicions per exercir-los, tal i com va dictar el Tribunal Constitucional en la sentència 334/1994 quan “avalava un tracte desigual, que no discriminatori, per a les dues llengües oficials en funció del caràcter propi d’una d’elles que precisa d’una acció normalitzadora que ha d’implicar, necessàriament, accions de suport singularitzat”. Esto significa que los hablantes de las lenguas consideradas por el nacionalismo como en inferioridad de condiciones tienen derecho a que las instituciones, mediante las leyes y la acción política, fuercen a los hablantes de la lengua oficial común del estado a utilizar la “propia” del territorio. Muy democrático e igualitario.
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9. Les polítiques lingüístiques aplicades a l’àmbit educatiu en les anomenades comunitats bilingües, tenen com a objectiu aconseguir que l’alumnat assoleixi una bona competència en les dues llengües oficials, independentment de quina sigui la llengua familiar (La experiencia indica que el objetivo no es éste. El objetivo, como todos sabemos, es desplazar el castellano como lengua oficial e imponer de facto un régimen de monolingüismo oficial). Per aconseguir aquest objectiu, cal desenvolupar planificacions lingüístiques (suena fuerte, pero es así) que en garanteixin la consecució i que passen, necessàriament, per la utilització vehicular majoritària de la llengua més desafavorida socialment (esto supone, en el fondo, que la “sociedad”, equivocadamente, está favoreciendo a una de las dos lenguas oficiales). I això, en lloc d’anar contra la llibertat lingüística és, precisament, una actuació imprescindible per garantir aquesta llibertat lingüística (no entendemos cómo esto se puede entender favorecedor de la libertad lingüística de los castellanohablantes, que constituyen aproximadamente la mitad de la población catalana).
10. Les escriptores i els escriptors gallecs, bascos i catalans PROCLAMEM la nostra voluntat de continuar escrivint en les nostres llengües (Cosa que nadie impide ni quiere impedir, aunque quizás habría que empezar a plantear que la industria editorial en cualquier lengua se arriesgue a entrar en un negocio en libre competencia y sin tanto apoyo del erario público. Por ejemplo, recientemente estos escritores se quejaban de que sólo un 5% de ellos pueden vivir exclusivamente de sus obras. Lo que uno se pregunta es si creen que esto pasa porque están prohibidas o porque las compra poca gente. Crearse un mercado, invertir en editoriales, atraer a los lectores escribiendo sobre cosas de interés, debe hacerse sin apoyarse tanto en el presupuesto público) i de contribuir al procés, inacabat, de la seva normalització com a dret humà, democràtic i pacífic al qual no renunciarem.
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Repudiem enèrgicament tots els intents d’EXCLUSIÓ que col·legues escriptors espanyols fan de les nostres llengües i lamentem que, en lloc de preocupar-se per la salut de l’espanyol a Puerto Rico, Costa Rica o els EUA (¿y esto qué tiene que ver con los castellanohablantes del territorio GALEUSCA?), es dediquin a combatre el més pròxim i asimètricament discriminat Bien, lo que pedimos es que cualquiera pueda escoger la lengua de escolarización, y este derecho se les ha robado a los castellanohablantes en Cataluña, aunque su lengua es cooficial, y pronto en Galicia o en el País Vasco. Esa es, en definitiva, la mayor discriminación lingüística actualmente existente en España. Empecemos por ella.
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11 de juliol de 2008
Associació d’Escriptors en Llengua Catalana (AELC)
Asociación de Escritores en Lingua Galega (AELG)
Euskal Idazleen Elkartea (EIE)
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y aquí acaba.
sábado, 12 de julio de 2008
Crónica de una encerrona
Y recupero el escrito de Antonio Robles sobre el mismo acontecimiento. Clic aquí
jueves, 10 de julio de 2008
Chacón y el Manifiesto
Según la sonriente ministra Chacón, en declaraciones a Telecinco (resulta curioso que sea en esta cadena, cuando sus colegas de partido del PSC están promoviendo un boicot a esta cadena por adherirse al Manifiesto por la lengua común), mostrando nuevamente su gran desconocimiento de lo que ocurre y preocupa al ciudadano, dijo “Yo muchas veces pienso que la gente que habla de la lengua y de los problemas de la lengua en Cataluña no la ha pisado nunca”. Señora Chacón, un gran número de los firmantes y, sobre todo, de los primeros 18 intelectuales, su gran mayoría o son catalanes o trabajan o han trabajado en Cataluña. Pero también habría que recordarle, que Ciudadanos, surgió hace ahora 2 años, para denunciar, entre muchísimas otras cosas, la persecución de la lengua española en Cataluña, en esa región de España que usted la nombra como nación o comunidad autónoma según sus intereses electorales.
¿Que la inmersión lingüística es el gran éxito de Cataluña? No sabía yo que prohibir una de las dos lenguas oficiales de Cataluña se le consideraba éxito. La aplicación que hacia Franco con la inmersión en Castellano censurando la otra lengua en las regiones bilingües se le llamaba genocidio lingüístico, racismo cultural… ¿Por que ahora no nombrarlo de la misma forma? Resulta curioso, que en esa misma región, que sufrió durante el régimen franquista la censura de una de sus lenguas, ahora, el régimen catalanista, aplique esa misma política. Esperamos que la ministra de Defensa no le de por bombardear las zonas castellanohablantes, según parece, el cierre de emisoras por emitir en español, convertir escuelas en correccionales lingüísticos, prohibir la educación en lengua materna, multar por rotular en español o castellano y no por hacerlo en inglés, chino o holandés, no aplicar el bilingüismo en las carreteras aunque sea por seguridad vial, exigir el nivel C de catalán pero no un nivel de castellano, etc.
Por suerte, en el partido socialista, bueno, en el socialista español, por desgracia no en el catalán, aún queda alguna poquita gente con un poco de sentido común y dos dedos de frente. Así, el Pleno de la Corporación Municipal de Vélez-Málaga ha aprobado la moción conjunta del PP, PSOE y Grupo Mixto para adherirse al Manifiesto por la Lengua Común . Sólo IU votó en contra. De esta forma, miembros del PSOE, no ha hecho caso a la enmienda aprobada en el congreso del PSOE que rechazaba el Manifiesto por la Lengua Común y se ha sumado a la moción presentada por el PP y el Grupo Mixto de ese Ayuntamiento de adherirse al manifiesto. Esta moción, reconoce que "el castellano sufre marginación institucional" en algunas comunidades y se suma al manifiesto "reconociendo la docta autoridad moral y cultural de los autores del manifiesto, y ante la marginación que el castellano sufre en determinadas regiones españolas".
miércoles, 9 de julio de 2008
Entrevista A. Espada. 7 Julio
Tiene razón el Gobierno. Lo que hay es un problema político. Nadie ha invocado a los lingüistas para que lo resuelvan. El problema es que hay una lengua de dimensiones demográficas reducidas, con su correspondiente peso social y cultural, cuyo estatus se pretende modificar a base de dinero público y presión moral y política. El problema es que hay otra lengua, la única oficial y común en toda España, y lengua también de los catalanes, que no puede usarse en la enseñanza, y cuyo uso ha desaparecido del espacio institucional catalán.
- ¿En su opinión, por qué se ha llegado a esta situación? ¿Quiénes son los responsables?
- Simplemente, los ingenieros sociales del nacionalismo han tenido éxito.
- La inmersión lingüística se aplica desde hace muchos años. ¿Por qué ahora el Manifiesto?
- Desde hace muchos años una parte de los ciudadanos catalanes han reaccionado contra el nacionalismo, en cualquiera de sus formas. El Manifiesto por la Lengua Común se inscribe así en una trama ya bastante densa. El cambio, tal vez, es que la lucha contra el nacionalismo ya no es una preocupación catalana o vasca, sino que está empezando a convertirse en una preocupación española.
- Algunos les han acusado de alentar una polémica artificial con intereses partidistas, desde un parapeto intelectual. ¿Qué opina?
- ¿Parapeto? En España el término “intelectual” sólo se utiliza para insultar. El parapeto es Casillas, y eso es lo único que en estos momentos les preocupa.
- También han recibido críticas ajenas al mundo político. Importantes figuras de la cultura han reprobado el Manifiesto , por ejemplo, en las páginas de EL CULTURAL el pasado jueves.
- Sí, leí atentamente El Cultural del pasado jueves. Y la verdad es que me di cuenta de que la situación del castellano es mucho más grave de lo que yo mismo pensaba. ¡Algunos intelectuales vernáculos no entienden el castellano! Basta comprobar lo que dicen sobre el Manifiesto. Hay que ponerse manos a la obra para ayudar a esa intelligentsia. Deberían hacerse copias en las otras lenguas españolas: al entender la letra su opinión mejoraría y así los compañeros intelectuales podrían superar la fase infantil del anacoluto que consiste en replicar a cualquier a cosa pedo, caca, culo y pis.
- ¿El impulso del castellano es compatible con el bilingüismo? ¿Sobrevirían las lenguas cooficiales sin medidas especiales de protección o apoyo?
- No hay ninguna necesidad de impulsar el castellano. Basta con no prohibirlo, como se hace en TV3, cuyo manual de estilo privilegia, en sus programas, las declaraciones de personas que se expresen en catalán. En cuanto a las supervivencias la pregunta que empieza a hacerse es la típica de las respiraciones asistidas: cuánto cuesta y para qué me sirve, y sobre todo, para qué LE sirve, que es la pregunta más profunda.
- ¿Cree que el castellano ha sido desatendido? ¿Percibe en los jóvenes de Cataluña un déficit lingüístico mayor que en otras zonas de España?
- No, no lo he percibido. Lo que llevo percibiendo en Cataluña desde hace tiempo no es un déficit lingüístico, sino un déficit de libertad. Y otra cosa percibo: los jóvenes que se interesan por la literatura conocen antes diez mediocres escritores en catalán que un gran escritor en español.
- El Manifiesto ha recibido un gran respaldo social (EL MUNDO ya ha reunido más de 100.000 firmas). ¿Confía en que esto sirva para cambiar algo de la situación? ¿Qué esperan conseguir con esta iniciativa?
- Claro que confío en que sirva. Para eso se hacen las cosas, y no para posar. Y se hacen también en la recta aplicación del método científico. El apoyo al Manifiesto (de 18 a 100.000) demuestra que hay un problema y que nuestra hipótesis era correcta.
El Mundo, 7 de julio de 2008
lunes, 7 de julio de 2008
Nacionalistas, Cataluña y la selección nacional
Nuestra selección nacional, la de todos, ha hecho historia, y muchos sectores, sobre todo, aquellos que promueven mediante la mentira, el insulto y la amenaza la construcción nacional de Cataluña, poniéndose las manos en la cabeza al presenciar la marea roja desatada en todos los rincones de la autonomía catalana, se han espabilado rápidamente a promover ese discursillo típico de niño de primaria, que “pilla” un berrinche cuando pierde jugando al parchís, esos mismos, que con el triste argumento de que los jugadores españoles nacidos en Cataluña juegan con la selección nacional porque es obligatorio y se tiraron de los pelos cuando vieron a Xavi quitarse el miedo del que vive en una región sin libertad de expresión gritar un ¡Venga…Viva España! Mientras se le abrazaba Reina bien sonriente y con cara de complicidad. ¿Que les debe pasar por la cabeza a esos jugadores, que el nacionalismo excluyente, con el Sr. Laporta a la cabeza, les ha convertido en maniquíes del nacionalcatalanismo? ¿Qué deben saber esos fanáticos, cachorrillos nazis, niños de papá, de los sentimientos de esos jugadores? Intentar hacer creer, con la ayuda de los “politicuchos” catalanistas (ya incluyendo el PPC), mediante mentiras y coacciones de que la verdadera selección es la catalana y que esos jugadores jugarían con esa ficticia selección. Todo ese entramado mafioso montado por esos personajillos se ha desmontado con la proclamación de nuestra selección, la única y verdadera selección de nuestro país, como campeona de Europa de forma indiscutible y con juego demoledor.
Mucho daño a hecho ver a los jugadores catalanes de nuestra selección luchar cada balón, celebrar cada gol como si de una final se tratara, vibrar con la festividad del logrado campeonato, gritar a viva voz viva España y abrazarse a sus compatriotas, recorrer las calles de Madrid saltando y disfrutando, rebosantes de alegría y felicidad. Mucho daño a hecho esos acomplejados nacionalistas, que sin duda, aplicaran con más fuerza, las políticas totalitarias y antidemocráticas que nos tienen acostumbrados. Pero ahora más que nunca, la Cataluña real, sin miedo, sin complejos, ha salido a la calle, para hacer sentir su voz y demostrarle a todos aquellos que aún no quieren ver, que Cataluña es España y su selección la española.
miércoles, 2 de julio de 2008
Mi manifiesto por la Lengua
ESTE artículo es en realidad una firma. Una rúbrica de adhesión al Manifiesto por la Lengua Común. Movido no sólo por las voces de alarma que sobre nuestro idioma han dado notables creadores y pensadores, o mis admirados académicos don Francisco Rodríguez Adrados o don Gregorio Salvador, sino por alguien más cercano y a quien me debo con mayor deuda: por Isabel mi mujer. Todas las mañanas, mientras desayunamos entre gatos y periódicos, leyendo las ilustres firmas de adhesión, Isabel me acompaña el café con una ración de rabitos de pasas:
—¿Te has adherido ya al Manifiesto por la Lengua?
Así, desde hace una semana, una mañana y otra. Y le respondo siempre igual: que mañana sin falta voy a hacerlo, «para lo mismo repetir mañana». Hasta que ayer, paseando con ella al atardecer por las orillas andaluzas de la mar atlántica llamadas de antiguo Playas de Castilla, me encontré con un letrero del Gobierno que es el que, más que sus reiteradas recordaciones, mueve mi urgencia para sumar mi voz a las que gritan para defender la supervivencia de nuestro tesoro común de la lengua.
«Sostenibilidad de la Costa y del Mar».
¡Toma castañas! ¿Pero qué es esto, Dios mío de mi alma, de la Sostenibilidad de la Costa y del Mar? ¿Que el mar se está hundiendo, y tenemos que sostenerlo en brazos los veraneantes, como en la vieja copla de campanilleros iba San Cristóbal con el Niño Jesús? ¿O es ese «sostener» mantener económicamente la costa y el mar, que la han puesto de peaje y que para bajar a la playa hay que pagar entrada? Porque sostener de sostén, de lencería fina, de sujetador femenino, vamos, con tanta dominga al aire playero no creo yo que sea.
Pero seguí leyendo y allí fue donde me persuadí, si convencido no estuviera, de la urgente necesidad de la defensa de nuestra lengua. No en Cataluña y en las Vascongadas solamente, que también. Al castellano hay que defenderlo muy especialmente en Castilla la Nueva, en Castilla la Vieja y en esta Castilla la Novísima que es Andalucía. Defenderlo de los progres cretinos, de los Ministerios de Igual Da, del libro de estilo de los periódicos, de los contenidos curriculares, del Ripalda de la Inquisición de lo políticamente correcto. Porque ¿saben qué resulta que anunciaba el enigmático cartelón de la «Sostenibilidad de la Costa y del Mar»? ¡Pues que van a hacer obras en el paseo marítimo de Matalascañas, joé! Sí, como estamos en tiempos de crisis y hay que ahorrar, se van a gastar 3 millones de euros en la sostenibilidad dichosa: el cartelón lo pone.
Cuando en los venideros fines de semana las hordas y las turbas, igual que en «Los Duros Antiguos», pongan la playa igual que una feria, las masas votantes del PSOE, ¿entenderán qué puñetas es la Sostenibilidad? Para ellos, como si lo hubieran puesto en catalán, «Sostenibilitat», o en vascuence «Sostenibikoa». Estamos llegando a un punto de degradación del español con esta jerigonza progre que pronto habrá que escuchar a los políticos con auriculares de traducción simultánea e ir por la calle con diccionario. ¿Qué más da que obliguen a hablar en catalán, en gallego o en vascuence por ahí, o que me digan aquí «visibilidad lésbica», «conciliación docente-laboral» o «inferiorización de la mujer», si en el fondo es lo mismo, desprecio del castellano?
Y como estaba en las viejas Playas de Castilla, pensé que peor que la inmersión lingüística en los otros idiomas peninsulares son estas obligatorias y ridículas ahogadillas que a cada hora nos dan con la depravación de nuestro hermoso castellano, hecho jerigonza ininteligible y lengua iniciática de los imbéciles.